martes, 5 de agosto de 2008

McCain pasa al ataque y acusa a Obama de ser sólo una celebridad


Es arrogante? ¿Elitista? ¿Lo suficientemente patriota? ¿Una celebridad vacía como Paris Hilton? ¿Actúa como un presidente sin serlo? ¿Se olvida de Latinoamérica en sus giras? Son las preguntas que la campaña de McCain traslada a los votantes en una semana en la que el veterano senador de Arizona, que hace dos meses prometió una campaña "libre de ataques personales", ha empezado a desplegar sus armas.

El objetivo es neutralizar la reciente gira de Obama por Europa y Oriente Próximo. Y el mecanismo a utilizar, sencillo: si eso es lo que quiere el público, hablemos de Obama. Nadie comenta las propuestas de John McCain. Ni siquiera McCain. El propósito último de los republicanos es transformar el proceso electoral en un referéndum sobre la capacidad de Obama para dirigir el país.

Era difícil de negar el hecho de que Obama hubiera hablado ante 200.000 personas en Berlín, el evidente entusiasmo ciudadano que despertó el demócrata en Europa mientras McCain quedaba fuera de juego y aparecía visitando supermercados. Así es que el equipo de campaña del republicano decidió aceptar que Obama es una estrella e intentar utilizar ese éxito en su contra, burlándose de esa condición, si es necesario. El nuevo equipo de asesores de McCain, liderado por Steve Schmidt (antiguo asociado de Karl Rove, el gran estratega electoral de George Bush), está presentando a Obama como un personaje superficial, sólo preocupado por la imagen que transmite.

El hombre invento las reglas, y mutilo su propia existencia. (Abel Desestress)

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